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Entrevistas



Apostando por la educación de los niños de Áncash

Antamina tiene un programa de inversión social en el marco de su estrategia de gestión social que busca impulsar la competitividad del territorio y la sostenibilidad de los procesos de desarrollo, estructurando su intervención en cuatro ejes programáticos: educación, salud, desarrollo económico local y fortalecimiento de la gestión local; promoviendo la institucionalidad a través de espacios de desarrollo multiactor y fortaleciendo el capital social comunitario a través de proyectos que propenden a la dotación de activos y el desarrollo de capacidades.

Darío Amet Ali Zegarra Macchiavello, gerente sénior de Relaciones Gubernamentales, Desarrollo Sostenible y Gestión Social de Antamina, nos cuenta la experiencia de gestionar con el Minedu como un "Aliado por la Educación".


¿Cuáles son las iniciativas más resaltantes en educación pública que respalda Antamina?

En el eje programático de educación, Antamina ha decidido contribuir a la mejora de la calidad educativa de su ámbito de influencia operativa a través de tres componentes: cierre de brechas en infraestructura y equipamiento educativo; mejora de los aprendizajes; y acceso a educación superior.

En lo que concierne a cierre de brechas en infraestructura, en los últimos años Antamina ha contribuido a la refacción de 190 instituciones educativas, así como a la dotación de mobiliario escolar (106 238 beneficiados), módulos de biblioteca o de computación (97 módulos), equipos de cómputo para docentes de la región áncash (10 498) y equipos de cómputo y 158 módems de Internet para 12 centros educativos, en el marco del Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo.

En la actualidad se tiene una cartera de 22 proyectos a ser ejecutados bajo la modalidad de obras por impuestos, en coordinación con los gobiernos locales y el Ministerio de Educación; uno de ellos es el Colegio de Alto Rendimiento de áncash.

En lo referido a mejora de los aprendizajes, tenemos dos proyectos importantes:

El Proyecto Efecto áncash, que impulsa la mejora de los aprendizajes con calidad para la educación básica regular, desarrollado en los distritos de San Marcos, Chavín, Huachis y San Pedro de Chaná, provincia de Huari. Bajo el trabajo con Enseña Perú se desarrolla tres programas: Liderazgo Pedagógico (jóvenes profesionales en el rol docente), Qué Maestro (para potenciar las competencias de pedagogía y liderazgo docente) y Runayay (captación del talento joven local). Los beneficiarios al primer año de intervención son 30 escuelas, 1763 estudiantes y 59 directores, coordinadores y docentes.

Los Laboratorios de Innovación Educativa, que se realizan en convenio con FONDEP, la UGEL Huari y el Municipio de San Marcos, con la Unesco como administradora de los fondos, financiando la ejecución de 19 proyectos innovadores que agrupan a 28 instituciones educativas.

Con relación al acceso a estudios superiores, más de 500 jóvenes ancashinos han recibido capacitaciones técnicas gracias a convenios con Senati, Tecsup y Capeco, asimismo, en la actualidad Antamina viene financiando 97 becas de estudios superiores a jóvenes del área de influencia operativa

¿Estos proyectos son articulados con el Ministerio de Educación? ¿Cómo es la experiencia?

Desde nuestra perspectiva de trabajo articulado y multiactor en espacios de desarrollo, los proyectos que promueve Antamina se implementan desde su concepción hasta su ejecución, en estrecha coordinación con el sector, con las diferentes dependencias del Ministerio de Educación, de la Dirección Regional de Educación y las correspondientes unidades de gestión local.

¿En su opinión, ¿por qué una empresa debe invertir en educación pública?

Reconocernos como actores de un territorio significa para Antamina un compromiso de trabajo concertado y articulado entre actores públicos y privados para lograr el desarrollo y su competitividad. Ello implica a su vez una visión compartida que se traduce en un programa de trabajo multisectorial y de largo plazo, donde el sector educación juega un papel preponderante, pues la sostenibilidad de los procesos de desarrollo dependen fundamentalmente de ciudadanos mejor preparados y más comprometidos con el desarrollo de su territorio.

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